¿Todos queremos que nuestras oraciones sean escuchadas! incluso existe una frase que se utiliza mucho : «Pide y se te dará».

¿Alguna vez has rezado para que sucediese algo y se cumplió? en mi experiencia, puedo decir que siempre que he pedido algo se ha hecho realidad, ¡Mi oración fue escuchada! Es verdad que igual no tan inmediatamente como deseaba o no de la forma que había imaginado, pero sí sucedió.

Es por eso que cada vez, cuando pido, pienso mas detenidamente que deseo de verdad y de que forma quiero que suceda.
Para que comprendas mejor a lo que me estoy refiriendo que mejor que un breve cuento inspirador:

Siempre está más oscuro antes del amanecer

Una vez hubo un hombre que naufragó y quedó varado en una isla. Todos los días oraba para pedirle a Dios que enviara a alguien a rescatarlo, pero, para su decepción, nadie vino nunca.

Pasaron los meses y este hombre aprendió a sobrevivir en la isla. Durante este tiempo, acumuló cosas de la isla y las almacenó en una choza que construyó. Un día después de buscar comida y regresar a su cabaña, para su consternación vio que su cabaña estaba en llamas junto con todo lo demás que tenía.

¡Todas sus posesiones se estaban convirtiendo en humo! Lo único que le quedaba era la ropa que llevaba puesta. Inicialmente, estaba en estado de shock, ¡y luego lo consumió la ira y la rabia!

En su furia, lanzó un puño al aire y comenzó a maldecir a Dios y a gritar: «Dios, ¿Cómo pudiste permitir que me pasara esto? He estado orando todos los días durante meses por ser rescatado y nadie ha venido, ¡y ahora todo lo que tengo está en llamas! ¡Cómo pudiste hacerme esto! ¿Por qué dejaste que esto sucediera?»

Más tarde, el hombre estaba sobre manos y rodillas llorando profundamente cuando miró hacia arriba y vio un barco que venía en su dirección. El hombre fue rescatado y cuando se dirigían de regreso a la civilización, el hombre le preguntó al capitán: «¿Cómo pudiste encontrarme?».

El capitán respondió: “Estábamos cruzando el océano cuando notamos en el horizonte una columna de humo que se elevaba. Decidimos ir a verlo y cuando lo hicimos, ¡fue cuando te encontramos!»

En retrospectiva, vemos que nuestros momentos más difíciles nos han permitido convertirnos en personas mucho más fuertes

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