Lobo blanco o lobo negro es una antigua leyenda procedente de los nativos americanos, los Cherokees. Nos habla de la lucha interna que tenemos los seres humanos entre nuestra parte de luz y nuestra sombra. Esta historia nos enseña a cómo podemos encontrar nuestro equilibrio interno.
La Leyenda
Estando un anciano con su nieto en la hoguera comienzan a hablar tras haber vivido una injusticia.
El Cherokee mayor le dice a su nieto reflexionando:
“Tengo la sensación de que dentro de mi corazón habitan dos lobos que luchan.
Uno de ellos es negro, está enfadado y lleno de ira. Decide pelear muchas veces sin razón, guiado por la rabia ante el más mínimo contratiempo. Además dentro del lobo negro hay envidia, orgullo y ego sin límite.
El otro es un lobo blanco, rebosa amor, paz y perdón. No le gusta combatir, solo lo hace cuando siente que necesita cuidarse a sí mismo o a los demás. Dentro del lobo blanco hay bondad, humildad, empatía y compasión hacia sí mismo y su entorno.
Ambos lobos, el blanco y el negro, luchan por dominar la batalla dentro de mí”.
El joven tomándose su tiempo para reflexionar, pregunta entonces:
“¿Y cuál de los dos ganará?”
De nuevo el Cherokee anciano toma la palabra y afirma:
“Aquel al que yo alimente”.
El nieto, no contento con la respuesta, añadió:
“¿Cuál vas a alimentar para que se quede en tu corazón?”
El anciano dijo de nuevo:
“Ambos se quedarán en mi corazón y ganarán la batalla”.
Desconcertado el nieto volvió a preguntar:
“¿Cómo es posible que ambos sean vencedores?”
Finalmente el anciano Cherokee añadió:
“El lobo blanco y el lobo negro, aunque a veces luchan, se necesitan el uno al otro. Cada lobo tiene una finalidad y cualidades que preciso para vivir.
El lobo negro tiene mucha astucia, agudeza y capacidad estratégica. Está acostumbrado a la oscuridad y nada más sentirse herido se despierta para protegerme.
El lobo blanco, por otro lado, me muestra un lado más pacífico de las cosas, lleno de amor y compasión para dar. Tiene una mirada limpia de todo cuanto le rodea.
Si solamente alimento al negro seré incapaz de disfrutar de la vida y las personas que me rodean. Me convertiré en una persona irascible y llena de furia.
Por otro lado, si tan solo alimento al blanco corro el riesgo de quedar desprotegido ante las amenazas, sin capacidad de reacción.
Debo alimentar a ambos por igual para que dejen de luchar entre ellos.
Cada lobo, tanto el negro como el blanco, es útil dependiendo de la ocasión. Por eso, alimentando y cuidando de los dos lobos que habitan en mí podré crear el equilibrio, la paz y la armonía que necesitan y preciso”.
Enseñanza sobre la dualidad humana
Principalmente nos muestra que todos los seres humanos tenemos un ‘lado de luz y un lado de sombra’.
Es común que tratemos de esconder el segundo y sacar a relucir el primero, sin embargo, ocultarlo no significa que no esté presente.
El quererlo excluir sólo dará más fuerza a aquello que rechazo y lo va a atraer más.
La solución es aceptar también a aquello que rechazo o fusionar dentro de mí las dos partes.
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